Exótica, exuberante, misteriosa pero sobre todo, fresca y jovial como ninguna de las ciudades del Perú. Iquitos es un destino único por muchos motivos: aquí no hay caminos que la unan al resto del país, por lo que su acceso se realiza por vía aérea o a través de sus serpenteantes ríos, las verdaderas carreteras de la Amazonía. En sus calles se respira olor a hojas tiernas, a frutas tropicales y se escucha cumbia a toda hora.



Si hay algo que la diferencia de todas las ciudades del país, es la simpatía y calidez de su gente, alegre como pocas. Iquitos es la capital peruana de la Amazonía y ofrece un sinnúmero de posibilidades al visitante para hacer de su estancia una experiencia inolvidable. Aquí es posible degustar de un jugo de camu-camu recién exprimido mientras se disfruta de la extraordinaria vista de las embarcaciones surcando el gran Amazonas; visitar las casonas de estilo art nouveau de la fastuosa época del caucho o asombrarse con la exótica fauna silvestre en la reserva de Quistococha.



Así mismo podrá conocer de cerca las culturas nativas o navegar en un crucero cinco estrellas a la luz de la luna. La experiencia amazónica de Loreto incluye, sin duda alguna, la visita a alguno de sus muchos albergues en la selva. En ellos, con las comodidades de un resort, es posible tomar contacto directo con la fabulosa flora y fauna silvestre de la selva tropical. Loros, caimanes, monos y mariposas de mil colores quedarán grabados en sus retinas y en sus rollos de película.



Los límites los pone el turista: desde caminar suspendido a 30 metros de altura en un canopy walkway hasta participar en un safari de birdwatching en Pacaya-Samiria, todo en el corazón de ese mundo que aún se conserva puro que llamamos Amazonía. Ya los sabe, Iquitos… “de la selva su encanto” lo está esperando.